viernes 27 de febrero de 2015
LOS TRES CERDITOS
Cuento Infantil
Al
lado de sus padres, tres cerditos habían crecido alegres en una cabaña del
bosque. Y como ya eran mayores, sus papas decidieron que era hora de que construyeran,
cada uno, su propia casa.
Los
tres cerditos se despidieron de sus papas, y fueron a ver cómo era el mundo.
El
primer cerdito, el perezoso de la familia, decidió hacer una casa de paja. En
un minuto la choza estaba ya hecha. Y entonces se fue a dormir.
El
segundo cerdito, un glotón, prefirió hacer la cabaña de madera. No tardó mucho
en construirla y luego se fue a comer manzanas.
El
tercer cerdito, muy trabajador, opto por construirse una casa de ladrillos y
cemento. Tardaría más en construirla pero estaría más protegido. Después de un
día de mucho trabajo, la casa quedo preciosa. Pero ya se empezaban a oír los
aullidos del lobo en el bosque.
No
tardo mucho para que el lobo se acercara a las casas de los tres cerditos. Hambriento,
el lobo se dirigió a la primera casa y dijo:
-
¡Ábreme la puerta! ¡Ábreme la puerta o soplare y tu casa tirare!
Como
el cerdito no la abrió, el lobo soplo con fuerza, y derrumbo la casa de paja.
El cerdito, temblando de miedo, salió corriendo y entro en la casa de madera de
su hermano.
El
lobo le siguió. Y delante de la segunda casa, llamo a la puerta, y dijo:
-
¡Ábreme la puerta! ¡Ábreme la puerta o soplare y tu casa tirare!
Pero
el segundo cerdito no la abrió y el lobo soplo y soplo, y la cabaña se fue por
los aires. Asustados, los dos cerditos corrieron y entraron en la casa de
ladrillos de su otro hermano.
Pero,
como el lobo estaba decidido a comérselos, llamo a la puerta y grito:
-
¡Ábreme la puerta! ¡Ábreme la puerta o soplare y tu casa tirare!
Y
el cerdito trabajador le dijo:
-
¡Soplas lo que quieras, pero no la abriré!
Entonces
el lobo soplo y soplo. Soplo con todas sus fuerzas, pero la casa ni se movió.
La casa era muy fuerte y resistente. El lobo se quedó casi sin aire.
Pero
aunque el lobo estaba muy cansado, no desistía.
Trajo
una escalera, subió al tejado de la casa y se deslizo por el pasaje de la
chimenea. Estaba empeñado en entrar en la casa y comer a los tres cerditos como
fuera. Pero lo que él no sabía es que los cerditos pusieron al final de la
chimenea, un caldero con agua hirviendo. Y el lobo, al caerse por la chimenea
acabo quemándose con el agua caliente. Dio un enorme grito y salió corriendo y
nunca más volvió.
Así
los cerditos pudieron vivir tranquilamente. Y tanto el perezoso como el glotón
aprendieron que solo con el trabajo se consiguen las cosas.
FIN
Realiza la actividad siguiente
Video
https://www.youtube.com/watch?v=sDUXYF4OzLc